La violencia machista ha vuelto a sacudir a la sociedad española esta semana. Una mujer de San Fernando de Henares se quitó la vida el pasado sábado tras la difusión, entre los empleados de la empresa en que trabajaba, de un vídeo privado de carácter íntimo.

La violencia contra las mujeres tiene muchas caras.

Una de ellas se manifiesta a partir de la difusión indiscriminada e ilegal de contenidos procedentes del denominado sexting: la producción y envío de vídeos o fotografías de tipo sexual o erótico de forma voluntaria y privada entre dos personas, utilizando para ello el teléfono móvil u otro dispositivo tecnológico.

Lo que en origen es un acto libre e íntimo, transmuta en delito cuando alguien difunde dichos contenidos sin autorización de los protagonistas, que se ven salvajemente violentados.

A raíz de este triste capítulo, Laura Cuesta, profesora de la Universidad Camilo José Cela y experta en nuevas tecnologías, educación digital y mediación parental, define conceptos y reflexiona acerca de las implicaciones sociales, éticas y legales del uso irresponsable de las posibilidades que ofrece la tecnología.