Nota del editor

La Unión Europea, a la que España se adhirió hace ya 33 años, contribuyó a la construcción de una identidad regional, un mercado común y una moneda única.

También trajo consigo, un año más tarde y gracias al español Manuel Marín, el programa Erasmus (acrónimo de European Region Action Scheme for the Mobility of University Students, o sea, Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios).

En sus primeros 30 años, el programa facilitó que más de nueve millones de universitarios europeos cursaran estudios en otro país.

Ahora se llama Erasmus+ y participan 2199 instituciones académicas de grado superior de 31 países. Pero, ¿hasta qué punto, enfilado ya el siglo XXI, no se ha convertido el Erasmus en una estancia convencional para el alargamiento del currículum?

La pregunta la hace Samuel Martín-Barbero, rector de la Universidad Camilo José Cela. En su reflexión, que repasa la historia de las maneras de viajar de las élites europeas desde el siglo XVII, propone que ese Grand tour universitario vaya más allá, saliendo de Europa y enfrentando al universitario a entornos, culturas, principios y valores distintos de los de su ya asumido continente.

En vez de enviar a los jóvenes temporalmente a países y universidades similares, se trataría de aprovechar el mapamundi en su conjunto, pensando en los lugares que conformarán el mundo que viene, como China, Rusia, Japón, Israel, India, Indonesia, Sudáfrica, México o Brasil.

Salud,

Luis Felipe Torrente

Jefe de Edición

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El Grand Tour universitario del siglo XXI: más allá del Erasmus

Samuel Martín-Barbero, Universidad Camilo José Cela

El programa Erasmus ha superado los 30 años con nota pero ¿hasta qué punto se ha convertido en una estancia convencional para el alargamiento del currículum?

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El abandono educativo temprano en España, ¿es temporal o irreversible?

Antonio Portela Pruaño, Universidad de Murcia; Ana Torres Soto, Universidad de Murcia; José Miguel Nieto Cano, Universidad de Murcia

La tasa española se ha reducido en 2018, pero es la más alta de Europa. Aún así, un estudio demuestra que se trata de un abandono de carácter recurrente, transitorio y, por tanto, reversible.

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¿Estamos delegando nuestra inteligencia en la tecnología?

Luis Ignacio Hojas Hojas, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)

Utilizar tecnologías relacionadas con la movilidad y la geolocalización es tan sencillo que podríamos estar perdiendo incentivos para emplear nuestras capacidades cognitivas.

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Cómo el enjuague bucal puede aumentar nuestra tensión sanguínea

Bob T. Rosier, Fisabio

Es un producto de higiene muy utilizado, pero también ataca las bacterias 'buenas' que viven en nuestra boca.