Está la historia de la bombilla que lleva encendida desde hace casi 118 años en una estación de bomberos de California.
Está la historia de las demás bombillas, que duran lo que duran, o sea, mucho menos, como los teléfonos móviles, los televisores y cientos de otros aparatos, dispositivos, máquinas o artilugios.
Y está lo que se denomina obsolescencia programada, un fraude consistente en anticipar el final de la vida útil de un producto.
Este fraude y el modelo de consumo imperante, que consiste en usar y tirar, en vez de usar, reparar y volver a usar, tienen consecuencias sobre los recursos naturales, el cambio climático y el empleo.
José Vicente López, investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, explica qué hacen y qué pueden hacer las empresas, los consumidores y las administraciones para atajar esta práctica, más cercana a la picaresca de los siglos XVI y XVII que al modelo de producción y consumo sostenibles que debería imperar este siglo XXI.
Salud,
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José Vicente López, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Los consumidores se encuentran prácticamente indefensos ante una modalidad de fraude que afecta negativamente a los recursos naturales, el cambio climático y el empleo.
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Chris Smith, University of Leeds
¿Qué es lo mejor que puedo hacer para contribuir a evitar el cambio climático? ¿Qué deberían hacer las autoridades? Estas preguntas y otras son contestadas por un científico del clima.
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María Perales Santaella, Universidad Camilo José Cela
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Jorge Gallardo-Camacho, Universidad Camilo José Cela
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