Buenos días:

Evo Morales llegó a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia hace trece años, abanderando una propuesta socialista ligada a los derechos indígenas y a la protección del medio ambiente. En 2010 aprobó la Ley de los Derechos de la Madre Tierra, que sitúa la naturaleza al mismo nivel que los seres humanos.

Pero, como explica Claire F.R. Wordley, de la Universidad de Cambridge, sus políticas han sido contradictorias: ha aprobado la deforestación generalizada, la construcción de carreteras y la extracción de gas en los parques nacionales.

Los incendios que este mes de agosto han quemado más 100 000 hectáreas del bosque Chiquitano —hogar de pueblos indígenas y el bosque seco tropical sano más grande del mundo— han puesto en riesgo al menos 500 especies y han soliviantado a organizaciones civiles, que piden la derogación de un decreto recién aprobado que permite la quema de tierras forestales para aumentar la producción de carne de vaca para exportación.

Mientras el mundo se centra en los incendios de la Amazonía brasileña y en la responsabilidad del gobierno de Jair Bolsonaro, los bolivianos también reclaman nuestra atención.

Salud,