Es realmente cierto?
Hace poco uve el privilegio de conocer a David Shenk. David tiene el increíble don de comunicar con una simplicidad casi infantil la verdad transformadora de las Buenas Nuevas. Al escuchar las historias de sus encuentros con gente donde quiera que va me di cuenta de algo obvio, pero también profundo: él realmente cree esto y está gozosamente obligado a compartirlo con otros.
Muchos de nosotros en la familia de Miqueas estamos involucrados en el ministerio de respuesta de ayuda y somos activistas que buscan abogar y actuar en nombre de los pobres y oprimidos. Nosotros, como David, estamos gozosamente obligados a servir de esta manera. Sabemos profundamente que también debemos proclamar y compartir las Buenas Nuevas verbalmente y abrazar totalmente la misión integral, pero cuando se trata de compartir nuestra fe, podemos sentirnos limitados. Esto puede llevarnos a sentirnos culpables y a la defensiva.
Por qué? A lo largo de los años hemos sido testigos de algunas iniciativas evangelísticas bastante raras. Sospechamos de los que usan la ayuda como un medio para un fin evangelístico. De hecho, nos esforzamos por desvincularnos de esto aferrándonos a los principios de los códigos de conducta.
Vertemos nuestra energía en servicio y activismo - todo bueno en sí mismos, pero se sigue sintiendo que algo está incompleto.
Creo que necesitamos reflexionar nuevamente sobre lo que es Bueno acerca de las Buenas Nuevas – y aquí radica nuestra libertad. Echemos un vistazo a 2 Corintios 5:14-21
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron.” (v. 14).
Las Buenas Nuevas son que Cristo murió por todos. Cada persona (en el pasado, presente y futuro). No importa quiénes son, dónde están, qué han hecho - Cristo murió por ellos. Su pecado, su separación de Dios, su culpa y vergüenza, sus fracasos - todo esto Cristo llevó a la cruz. ¡Somos totalmente y completamente libres! Tan grande e inclusivo es el amor de Cristo, que él escogió llevar todo esto sobre sí mismo para que no tuviéramos que hacerlo. Estas son las buenas nuevas.
“De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne… (v. 16).
Cómo podemos? Porque cada persona ha sido libertada por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Cada persona que conocemos, vemos, escuchamos, oímos, servimos - ha sido puesta en libertad. Ellos simplemente no lo saben todavía.
Dios es vida. Dios es Luz y en Cristo tenemos vida y luz. Por el contrario, sin Dios hay muerte y oscuridad. Esto es un hecho: Dios es el creador y sustentador de todas las cosas. Estar separados de la fuente de la vida y de la luz nos conducirá a una creciente oscuridad y a la muerte.
Las buenas nuevas son que: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es” (v. 17).
En Cristo tenemos vida y caminamos en la luz. El ministerio de reconciliación al que Dios nos llama (v 19) es compartir la maravillosa verdad de que son plenamente amados y abrazados por Dios y en Cristo pueden ser reconciliados en vida y vivir en luz.
Esto es increíble y convincente para transmitir a todos.Para cada persona este mensaje es libertad, vida, esperanza, gozo y aceptación.
En toda nuestra fantástica planificación y entrega de ayuda, abogando por la justicia, esta llamada reconciliadora e inclusiva a abrazar la vida en toda su plenitud es seguramente una parte integral de nuestra demostración de amor.
Después de todo, es el amor de Cristo el que nos constriñe.
Es realmente cierto? ¡Sí lo es!
Al orar a través del enfoque de la oración de este mes, oremos con una perspectiva misional integral, buscando la reconciliación para todos en Cristo.
Junto a ustedes,
Sheryl
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