Verdad hablando
El 24 de marzo es el Día Internacional por el Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas.
El Derecho a la Verdad: un estudio hecho en el 2006 por la ONU concluyo que el derecho a la verdad es un derecho inalienable y autónomo, ligado al deber y la obligación del Estado de proteger y garantizar los derechos humanos y a su obligación de efectuar investigaciones eficaces y garantizar recursos efectivos y reparación apropiada.
El estudio afirma que el derecho a la verdad implica conocer la verdad plena y completa en cuanto a los hechos ocurridos, sus circunstancias específicas, y quien participó en ellas; incluyendo conocer las circunstancias en las que las violaciones tuvieron lugar, así como las razones de las mismas.
En Zacarías 8:3 leemos “Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad."
Dios es un Dios de la Verdad. En Él no hay oscuridad o mentiras. En un mundo que utiliza la propaganda, desinformación y mentiras para confundir y controlar a las personas, tenemos que ser personas de la Verdad. Verdad que trae esperanza y siempre apunta a Dios. En otras palabras - profética.
Tenemos que hablar la verdad con amor, llenos de misericordia - proféticamente.
Tendemos a gustar hablar palabras que hacen que la gente guste de nosotros, se sienten bien consigo mismos y que nos dejan un sentimiento positivo acerca de nuestras vidas. Evitamos los temas y tópicos difíciles pero relevantes; no hablamos en contra de la injusticia.
La profecía no es sólo acerca de predecir el futuro - se trata de declarar la palabra del Señor en y por el poder del Espíritu Santo. Se trata de presentar el amor y la verdad de Dios en formas relevantes. Significará invariablemente desafiar la corrupción, los conflictos y el quebrantamiento en nuestros contextos y nuestros entornos culturales. Por supuesto, también se trata de fortalecer y alentar a los creyentes, pero también se trata de decir la verdad en nuestro mundo. La acción social es por su propia naturaleza profética. Reconoce el estado de nuestro mundo y transmite verdad y vida en ella. Lidera con el ejemplo, afligiéndose y actuando, siempre con esperanza, siempre persistiendo.
No se trata sólo de tener una voz alta y fuertes opiniones. No se trata sólo de tener campañas comercializables. Se trata de imaginar el futuro con Dios. Atreviéndose a apuntar a lo que la transformación se parece y el valor para avanzar hacia ella. Ser profético significa que nuestro estilo de vida y nuestras palabras (conversaciones cotidianas, así como momentos que hablamos), todas reflejan la verdad que sostenemos.
Para ser eficaces tenemos que realizar la investigación tanto teológica y prácticamente con el fin de entender las injusticias, sus causas y las medidas que se toman. En otras palabras, tenemos que saber lo que estamos hablando - y eso requiere la debida diligencia. Ron Sider, declaró recientemente en la Cumbre de Miqueas que los cristianos suelen disparar antes de apuntar. Hablamos sin entender la situación.
Tomemos tiempo para investigar el estado de nuestra nación, en cuanto a sus logros en relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y, mientras nos preparamos para el lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en septiembre del 2015. Atrevamonos a imaginar nuestra nación como Dios la querría. Pongámonos de pie juntos y hablemos la verdad con el fin de alentar el cambio que tiene que ocurrir.
Espíritu Santo, guíanos y llénanos de tu discernimiento, condúcenos a toda verdad.
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