Hay gente normal y gente realmente admirable. Y luego están los superhéroes, que también los hay de diversa condición. Unos tienen superpoderes y otros simplemente llevan al extremo sus capacidades humanas.
Los poderes de Superman, por ejemplo, son infinitos (excepto si se acerca a la kryptonita). Batman es normal, pero entrena más que los demás mortales. Y a medio camino entre uno y otro estaría Spiderman.
Son algunos de los ejemplos que proponen Francisco Saez de Adana Herrero, catedrático de Ciencias de la Computación, y Francisco José Álvarez García, profesor de Física Aplicada, ambos de la Universidad de Alcalá, y partidarios del uso de los superhéroes para hacer comprender el carácter fundamental de esta disciplina como medio de entender el mundo que nos rodea.
Comunicarse no es un superpoder, pero es algo más que hablar. Es una habilidad clave para progresar en lo personal y en lo profesional. Lo que no solemos tener claro es cómo desarrollarla. Idoia Camacho Markina, profesora de Formación de Portavoces y Periodismo Especializado de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, expone las etapas básicas de este aprendizaje.
Hablando de gente admirable, ¿recuerdan la carta que Leonard Cohen escribió a su antigua amante Marianne Ihlen -So long, Marianne- cuando ésta yacía en el lecho de muerte? Pues la versión que nos llegó no dice lo que dice el texto original, como explican Tanya Dalziell, de la University of Western Australia, y Paul Genoni, de la Curtin University. Y se preguntan: ¿Cuál de las dos versiones -la original o la que se convirtió en fenómeno viral- pasará a la posteridad?
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