Cuenta Stefan Zweig en su obra El mundo de ayer que antes de la primera guerra mundial los europeos que habitaban las zonas fronterizas tenían nociones muy vagas de dónde acababa su país y dónde empezaba el país vecino: hablaban el mismo idioma y tenían costumbres similares.

Esa Europa de ayer que describió Zweig sirve de hilo conductor para que Xavier Tornafoch Yuste, de la Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya, repase el concepto de frontera que durante todo el siglo XX parceló Europa. Hasta que en 1985 cuatro estados -hoy son veintiséis-, decidieron en un pueblecito luxemburgués, Schengen, la práctica desaparición de sus fronteras internas. Hoy, la libre circulación añorada por Zweig está de nuevo en peligro.

Comienza una larga campaña plurielectoral. Candidatos locales, autonómicos, nacionales y europeos vuelve a la palestra para esgrimir argumentos con los que convencernos para que les adjudiquemos el voto. La profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad de Granada Tasia Aránguez Sánchez aplica los tres estilos de la retórica de Cicerón a varios de los principales candidatos. ¿Quién es vehemente, quién aplica la sencillez, quién opta por el temple?

Se sabe que en hay especies animales cuyos individuos viven más y con mejor salud si se les reduce la ingesta de alimentos. ¿Y los humanos? Juan Ignacio Pérez Iglesias, catedrático de Fisiología de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, repasa los estudios al respecto. En un alarde de clickbait podemos adelantar que su conclusión es sorprendente.

Como sorprendente es la propuesta que hacen a sus colegas de la comunidad científica tres investigadores europeos. ¿Qué hacer para luchar contra el cambio climático? Dar ejemplo.

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