La Historia nos enseña valiosas lecciones que la naturaleza humana, tozuda, reincidente y desmemoriada, desprecia de forma sistemática. De ahí que tropecemos en la misma piedra. La Historia se repite y, si no, la réplica se parece mucho al original, como el remake de una película mil veces vista.
Seguramente a usted también le preocupa la crisis del barco humanitario Open Arms, que se encuentra bloqueado frente a la isla de Lampedusa con más de un centenar de migrantes a bordo debido a la negativa del Gobierno italiano a permitir su desembarco. Muchos de esos seres anónimos viven desde hace más de dos semanas en condiciones medievales ante la indiferencia, que raya con el ensañamiento, del ministro de Interior Matteo Salvini y el bajo perfil diplomático adoptado por la mayoría de ejecutivos europeos.
Su historia recuerda a la de los miles de españoles que se refugiaron en Francia al finalizar la Guerra Civil. Protagonistas de uno de los éxodos más importantes del siglo XX, como los africanos del Open Arms los exiliados republicanos pertenecían al bando de los perdedores. Más de 13 000 llegaron heridos y enfermos a Francia. Muchos fueron confinados en buques-hospitales, donde vivían en condiciones penitenciarias. No podían salir de los barcos, no se les permitía ningún tipo de contacto con el exterior y se les practicaban registros diarios. Una vez curados, fueron repatriados o enviados a campos de concentración.
El investigador Rubén Mirón, de la Universidad de Alcalá, cuenta la historia de estos refugiados en el artículo que abre una nueva edición de The Conversation España.
Que tengan una feliz semana.
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