El 26 de mayo elegiremos un nuevo Parlamento Europeo, una institución cuyas funciones y organización son desconocidas para muchos ciudadanos.
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El fin del roaming y el geobloqueo entre países de la Unión Europea.
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Un marco único de protección de datos.
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El principio de la extinción de las bolsas de plástico y los productos de plástico de un solo uso.
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El reconocimiento de los derechos de autor en Internet.
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Más dinero para el programa Erasmus+.
Esas y otras normativas han sido aprobadas por el Parlamento Europeo en la última legislatura, con una influencia clara y directa en nuestro día a día. Sin embargo, aún queda camino por recorrer para conseguir dotar a este organismo, tan relevante para nuestras vidas, de un poder colegislador y una independencia reales.
Como explica Cesáreo Rodríguez-Aguilera de Prat, catedrático de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona, eso sólo se puede conseguir desde dentro, es decir, participando en las elecciones europeas y apoyando el valor de esta cámara.
La polémica por el uso de herbicidas con glifosato vuelve a resurgir.
Esta semana, un jurado popular ha condenado a Monsanto (comercializadora del herbicida con glifosato Roundup y propiedad de Bayer) a indemnizar con 2.000 millones de dolares a dos ancianos que usaron durante décadas el producto y que desarrollaron un linfoma no Hodgkin (LNH).
Mientras unos expertos, como Rosa Porcel, biotecnóloga de la Universitat Politècnica de València, sostienen que su uso es tan seguro como cualquier otro producto químico con el que se sigan las instrucciones para su manipulación y aplicación, otros, como Juan Luis Aguirre, director Técnico de la Cátedra de Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, son partidarios de desarrollar alternativas en vista de que el uso indiscriminado del glifosato está extendidísimo debido a su bajo precio.
Además, hablamos de lo poco ecológico que es "Spoty" y de otra mujer imprescindible, la endocrinóloga Gabriela Morreale.
Salud,
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