COMENTARIO DEL DIRECTOR DE PERSONAL EN MISIÓN: Rvdo. David Copley

El compromiso de la misión mundial de la Iglesia Episcopal se ha transformado en los últimos veinte años, según el mundo se ha ido empequeñeciendo gracias al avance de la tecnología. Ahora somos capaces de comunicarnos rápida y fácilmente a través del mundo oprimiendo un botón, y los viajes internacionales son mucho más accesibles de lo que nunca han sido.

Gracias a la potencia de Internet podemos comunicarnos al instante con iglesias tan remotas de nosotros como las de Filipinas, Tanzania y Colombia. Parroquias y diócesis de toda la Iglesia Episcopal participan directamente de la misión mundial, mediante el envío de grupos de misión a corto plazo y misioneros a largo plazo a todas partes del mundo. Muchos de nosotros tenemos el privilegio de recibir regularmente invitados de otras partes de la Comunión Anglicana con obispos, estudiantes y compañeros en misión que nos visitan. Todos estamos cada vez más conectados con otras partes de la Comunión Anglicana a través de incontables oportunidades que nos permiten compartir ministerios mutuos, comparar culturas y experimentar la manera en que Dios obra en otras partes del Cuerpo de Cristo.

La Iglesia Episcopal, a través de la Oficina de Personal en Misión y en asociación con parroquias y diócesis, continúa enviando y sosteniendo misioneros en todo el mundo. En la actualidad tenemos más de 60 misioneros que sirven en 25 países de la Comunión Anglicana. Hay también un gran número de misioneros enviados directamente por sus parroquias y diócesis y a través de agencias misioneras, tales como la Misión Anglicana de los Confines (Anglican Frontier Mission) y la Sociedad de Misioneros y Auspiciadores Anglicanos (SAMS, por su sigla en inglés).

La oficina de Personal en Misión del Centro de la Iglesia Episcopal está constantemente en busca de nuevos y creativos medios de apoyo a parroquias y diócesis en su compromiso con la misión mundial, en la medida en que el carácter de la Iglesia Episcopal y de la Comunión Anglicana continúa desarrollándose y cambiando. Un ejemplo de esta respuesta es la colaboración entre el Centro de la Iglesia Episcopal y la Red de la Misión Mundial Episcopal (GEMN, por su sigla en inglés) en la creación de un programa de adiestramiento para misioneros de corto y mediano plazo, que tendrá lugar en mayo próximo en la zona de Boston. También hemos abierto recientemente una página de Facebook llamada “Misión Mundial de la Iglesia Episcopal” ( Global Mission of the Episcopal Church) en la que invitamos a cualquier persona a compartir noticias acerca de diversas actividades misioneras.

Lo único constante en la actividad de la misión mundial de la Iglesia es que está cambiando constantemente. Esperamos que este boletín proporcione un recurso que resulte útil según avanzamos todos juntos en la misión reconciliadora de Dios en el mundo.

Un mensaje electrónico de Robin Denney, 17 de enero de 2011

Queridos amigos:

Hay un libro acerca de la Iglesia Episcopal del Sudán que se llama Pero Dios no está vencido (But God is not Defeated). Uno de los autores, Samuel Kayanga, falleció súbitamente la semana pasada, un par de días antes de que comenzara el referendo, y su familia y toda la Iglesia Episcopal del Sudán extraña mucho su presencia. Parece haber habido mayor duelo por los que murieron esa semana y en el mes anterior al referendo, porque no pudieron presenciarlo. El obispo Bullen Dolli, de la Diócesis de Lui, también falleció recientemente, un mes antes del referendo.

Durante mucho tiempo, todo el mundo en Sudán del Sur ha estado pensando en el 9 de enero y hablando de esa fecha, el sexto aniversario de la firma del Acuerdo de Paz Global, y el comienzo del referendo. La semana completa de votación llegó a su fin en la noche del sábado. El conteo preliminar de los votos ha tenido lugar en los centros de votación y se han recogido las urnas para el conteo oficial y la declaración de los resultados, que tendrá lugar el 14 de febrero.

Ayer, estuve andando por Juba con unos amigos y visitamos varios colegios electorales para ver los resultados que anunciaban. Sólo nos habíamos propuesto visitar un par de ellos, pero cuanto más visitábamos, tanto más deseábamos ver. Otras personas estaban haciendo lo mismo, y parecía que estuviéramos a la caza de una historia testimonial. En los 16 centros de votación que visitamos, el promedio de electores fue del 95% y los votos a favor de la separación ascendieron al 97%.

Durante la semana de votación, Juba estuvo muy tranquila. La votación se llevó a cabo en un ambiente más que apacible, había verdadera camaradería entre la gente, un sentido de unidad de propósito, un sentimiento de la importancia monumental de estos acontecimientos y asombro de que finalmente hubieran ocurrido. Algunas organizaciones les repartieron agua a las personas que hacían cola para votar. He sabido de individuos particulares que repartieron comida o té a los que aguardaban su turno. Aunque la espera en fila tomó muchas horas, la gente fue paciente, seria y respetuosa.

Un hito personal de la semana fue ver a los dos arzobispos (el católico y el episcopal) que fueron a votar juntos, provocando el aplauso general de todos los que estaban esperando en la cola del colegio electoral. Unos minutos más tarde, Jimmy Carter, que colaboraba como observador internacional, se detuvo en el centro de votación donde estábamos y le estrecho la mano a todos los presentes.

Ayer, el Arzobispo predicó en la catedral. Habló del triunfo del pueblo en lograr un referendo pacífico. E instó al pueblo y al gobierno a contribuir con este mismo espíritu de unidad de propósito a la fundación del nuevo país. “Le hemos mostrado al mundo el verdadero carácter del pueblo de Sudán del Sur”, dijo, y esa afirmación sigue resonando en mi mente. Es tan cierto, y tan esperanzador para el futuro.

La semana del referendo no ha sido enteramente apacible. Hubo enfrentamientos armados en Abyei, que se encuentra en la frontera entre el norte y el sur, junto con otros incidentes fronterizos. Y algunas personas en el norte siguen temiendo lo que pueda depararles la separación.

Aún se necesitan oraciones para este período de transición, para el anuncio de los resultados y por la paz en todo el Sudán. También debemos orar por el Kordofán del Sur y el Nilo Azul, zonas del lado norte de la frontera que ahora entran en el proceso de la consulta popular respecto a su propia autodeterminación. Seguimos orando por la paz en el norte, por Darfur, y por los sudaneses del sur y los cristianos que viven en el norte en esta época de incertidumbre.

Ha sido un honor estar aquí y presenciar estos acontecimientos históricos, ver al pueblo de Sudán del Sur volverle a mostrar al mundo que está comprometido con el establecimiento pacífico de una nueva sociedad democrática, ver a Sudán del Sur mostrarle al mundo que es un pueblo de paz. Muchísimas personas me han expresado su agradecimiento por estar aquí con ellos en este momento. Existe un enorme sentimiento de gratitud hacia los observadores internacionales y otros visitantes extranjeros que vinieron durante el referendo. Pero, sobre todo, la gente manifiesta su gratitud a Dios por haberles conducido hasta este día.

Haciéndome eco de lo que expresa Pero Dios no está vencido: el pueblo del Sudán ha tenido mucho sufrimiento, y mucho regocijo. A pesar de todo, no se ha quedado solo, ni se ha olvidado de quién es el que le acompaña. Dios encarnado, el Cristo vivo, ya ha derrotado la muerte. Dios no está vencido, ni puede estarlo ni nunca lo estará. Mientras se derraman lágrimas de tristeza y de júbilo por los acontecimientos que han ocurrido esta semana, sabemos que el Príncipe de Paz reina en nuestros corazones, y que todas las cosas están en las manos de Dios.

Con amor y mucha esperanza,
Robin

Otras reflexiones escritas durante el referendo pueden encontrarse en el blog de Robin: http://robin-mission.blogspot.com