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  En 2050, la demanda de alimentos se duplicará. Sin embargo, cada año se desperdicia alrededor de un tercio de alimentos elaborados: cuatro veces más de lo necesario para alimentar a los 800 millones de personas desnutridas que hay en el mundo. Al mismo tiempo, 1,9 millón de adultos tiene sobrepeso. El 16 de octubre se celebra el Dìa Mundial de la Alimentación, y es un buen momento para preguntarse cómo afrontar esta problemática desde las posibilidades cotidianas.
Un modo puede ser a través de la gestión responsable del menú diario.

Fuente:"Pérdidas y desperdicios de alimentos en el mundo",
Congreso Internacional Save Food, Düsseldorf, Alemania.
 
• Los alimentos no deben descongelarse a temperatura ambiente o en agua caliente: el crecimiento de bacterias se produce sobre todo entre 4ºC y 60ºC.
• Una vez descongelados, no debe volver a congelarse salvo que se cocinen a más de 70ºC durante al menos dos minutos.
• Debe evitarse el contacto directo entre los alimentos que se descongelan y otros que ya están cocinados,
para que no haya contaminaciones cruzadas.
 
PAN
Si sabe que no va a consumir todo el pan fresco o tostado, puede congelarlo y aprovecharlo unos días más tarde. Las sobras de pan seco son muy buenas como croûtons para acompañar las ensaladas.
CARNE
Los huesos hervidos son un excelente ingrediente para caldo. Además, los restos de pollo cocido pueden usarse para ensaladas, sándwiches, o tacos; y los de carne vacuna son un elemento nutritivo para preparar una sopa.
FRUTAS
La fruta que no se vaya a consumir fresca, se puede picar, congelar y reutilizar para batidos en el desayuno o en helados y postres. Las cáscaras de limón ralladas sirven de condimento para platos o bebidas: recuerde que la cáscara de este cítrico tiene de 5 a 10 veces más cantidad de vitamina C que su jugo.
VERDURAS
Los restos de verdura como la cebolla, zanahoria, brócoli, coliflor y espinaca se pueden reutilizar en salsas: tal vez pierdan el color pero no el sabor.
Los paisajes agrícolas carecen a menudo de la diversidad y abundancia de flores que necesitan los polinizadores. El programa Operation Pollinator (OP) se propone aumentar el número de polinizadores en ecosistemas agrícolas, evaluando combinaciones de vegetación nativa con prominencia de especies florales.

A través de OP, Syngenta trabaja desde hace 14 años con productores para convertir sus campos en lugares clave para recuperar polinizadores. En Argentina, la compañía y un conjunto de investigadores del CONICET y la Facultad de Agronomía de la UBA, promueven acciones que fomenten la generación de paisajes multifuncionales.

En octubre del 2014, Syngenta puso en marcha en su estación experimental de Santa Isabel (Santa Fe, Argentina) la primera experiencia a partir del monitoreo de seis lotes piloto. Los protocolos, la metodología y los resultados conseguidos allí resultan de importancia para futuros proyectos.
 
 
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