No Images? Click here MIAMI La contaminación de los incendios forestales amenaza los avances que Estados Unidos ha logrado en la limpieza del aire y, con el cambio climático, ese riesgo continúa creciendo. Los EE.UU. ha logrado gran progreso en la limpieza de su aire. La Ley de Aire Limpio (Clean Air Act) de 1970 ha convertido catástrofes de contaminación del aire, como el smog de 1948 que mató a casi 40 personas cerca de Pittsburgh, en un recuerdo distante. Pero aunque el aire es mucho más limpio en general, el humo de los incendios forestales amenaza el progreso que se ha logrado, ya que la contaminación por partículas de los incendios forestales ha crecido en todo el noroeste de EE.UU. sobre los últimos 30 años. Pequeñas partículas de humo de incendios forestales, que a veces pueden pasar desapercibidas en pequeñas concentraciones, se conocen como PM2.5, que se refiere a material particulado que tiene menos de 2,5 micrómetros de diámetro. Estas partículas son aproximadamente 4 veces más pequeñas que el polvo, el polen o las partículas de moho, y aproximadamente 30 veces más pequeñas que el diámetro de un pelo humano. Pueden llegar a lo profundo de los pulmones y el torrente sanguíneo, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, enfermedad pulmonar, y diabetes. Una oleada de humo ocurre cuando la concentración de PM2.5 es al menos 20 microgramos por metro cúbico durante dos o más días consecutivos. Como perspectiva, este nivel de PM2.5 cae dentro del rango moderado del índice de calidad del aire de la EPA, por lo que no es poco común, y un estudio encontró que 46 millones de personas en el oeste de los EE.UU. estuvieron expuestos a al menos una oleada de humo del 2004 al 2009. Si bien estos niveles son sustancialmente más bajos que los registrados en China e India durante sus peores episodios de calidad del aire, concentraciones que aparentan ser bajas en PM2.5 pueden aumentar sustancialmente los riesgos para la salud. Pequeñas dosis de esta contaminación de humo afectan la química dentro del cuerpo, reduciendo el flujo de sangre y oxígeno al corazón, desarrollando la placa en las paredes internas de las arterias, e interferiendo con las funciones del hígado. A medida que las temperaturas aumentan en un clima cambiante y el riesgo de incendio aumenta como consecuencia, más personas estarán expuestas al humo de incendios forestales en las próximas décadas. Bajo un escenario moderado de emisiones de gases de efecto invernadero, que está cerca de nuestro actual camino de emisiones, se proyecta que la superficie total quemada por los incendios forestales aumentará entre 60 y 120 por ciento para mediados de siglo en comparación con el final del siglo XX. Aún con óptimos estándares de contaminación del aire, el riesgo inducido por el cambio climático a la salud humana a largo plazo debido a incendios forestales puede continuar creciendo. METODOLOGIA Una oleada de humo se define por Liu et al (2017) como dos días consecutivos con una concentración de PM2.5 de al menos 20 microgramos por metro cúbico. Esta concentración de PM2.5 corresponde a un índice de calidad del aire de la EPA de 67, que se encuentra dentro de los límites de la designación moderada (13 a 35 microgramos por metro cúbico). APOYO MULTIMEDIOS METEOROLOGOS EN ACCION ESTUDIOS CLIMATICOS Un estudio examinando de las erupciones volcánicas previas en la agricultura sugiere que no hay beneficios netos para los cultivos de la geoingeniería atmosférica. NOTICIAS OCEÁNICAS Robots sumergibles encuentran que los mares invernales antárticos exhalan cantidades sorprendentes de dióxido de carbono, lo que está haciendo que los científicos reconsideren el papel del Océano Austral en el ciclo del carbono y en el clima. |