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Cuando hablamos de brecha de género, lo primero que suele venirnos a la mente es la discriminación salarial que sufren las mujeres, además de su escasa presencia en puestos de responsabilidad. Pero tendemos a pasar por alto la tremenda diferencia que existe en la forma en que hombres y mujeres distribuyen su tiempo disponible a lo largo del día.

En un reciente estudio publicado en la revista Social Indicators Research, Jorge Veilla Gambo y José Ignacio Giménez Nadal, de la Universidad de Zaragoza, sacan a la luz que los hombres dedican más tiempo que las mujeres al trabajo remunerado. Y que la situación respecto al trabajo no remunerado es justo la opuesta.

Analizando en detalle las raíces de esas diferencias, los investigadores han dado con algunas claves. Por ejemplo, que estas brechas de género son menores en los países en los que las bajas por paternidad se asemejan a las bajas por maternidad, así como en aquellos más generosos en el gasto público en guarderías.

Lo mismo ocurre con la participación de las mujeres en el espacio político y económico: cuanto más crece, más se reducen las desigualdades de género en el tiempo de trabajo remunerado y no remunerado. Por el contrario, cuando los hombres tienen un gran peso social y político, la brecha se ensancha.

Hay, por tanto, margen para cambiar las cosas, siempre y cuando instituciones y sociedad vayan a una.

Salud,