Buenos días:

La agricultura vertical es un sistema de producción de plantas en interior ubicándolas a diferentes alturas. Aunque su popularización con este nombre es relativamente reciente, la idea no es nueva. Los Jardines Colgantes de Babilonia ya aplicaban los mismos principios buscando el aprovechamiento del espacio y la optimización de los recursos naturales.

De hecho, esos siguen siendo dos de los principales objetivos de los cultivos verticales, además de proteger a las plantas de plagas y fenómenos meteorológicos desfavorables. La hidroponía, la técnica de cultivo sin suelo más empleada en este sistema, permite ahorrar un 90% de agua y nutrientes respecto a los métodos tradicionales.

En el artículo que da inicio a este resumen de la semana que termina, la investigadora de la Universidad de Almería Cinthia Nájera Vázquez repasa las ventajas ambientales y sociales que ofrece la agricultura vertical y detalla algunas de sus particularidades, como los efectos del color de la iluminación en el crecimiento de las plantas y los frutos.

La autora también dibuja el panorama de su implantación en el mundo, con China, Japón y Corea del Sur como los países que más han adoptado este sistema. En Europa, su presencia va en aumento, sobre todo para producir hortalizas de hoja verde en países del norte durante los meses de invierno.

Si bien presenta muchos beneficios, uno de los mayores inconvenientes de la agricultura vertical sigue siendo su alto coste, que encarece el precio de los productos. A cambio, ofrece una solución útil en periodos de sequía como los que enfrenten muchos países.

Salud,