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Esclavos en Madrid, barro y burdeles en Washington
Las ciudades tienen su propia historia, sorprendente a veces, a menudo desconocida por sus propios habitantes y quienes las visitan. Hoy ofrecemos dos artículos que exploran el pasado menos publicitado de Washington y Madrid, capitales de grandes imperios en diferentes momentos de la historia.
Inseparable de Madrid es la figura Carlos III, aquel “mejor alcalde” que tantos monumentos y hallazgos urbanísticos legó y uno de los monarcas cuya huella más ha definido el desarrollo de la ciudad. Una faceta menos conocida de este soberano es que se convirtió en el mayor propietario de esclavos del país, con 20.000 hombres a servicio de la corona, la mayoría en América (construyendo
fortificaciones o trabajando en plantaciones azucareras o minas) y otros miles en la Península, sobre todo en arsenales de la Armada.
José Miguel López García, de la Universidad Autónoma de Madrid, es un investigador experto en esta época histórica y en la trata de esclavos en la España de la segunda mitad del siglo XVIII. Su artículo nos acerca a un Madrid multiétnico con un 4% de su población formada por esclavos africanos, en su mayoría hombres de menos de 25 años, que trabajaban en talleres y en los palacios de la aristocracia.
También a finales del XVIII, tras la independencia de la corona inglesa, los padres de la patria de EEUU eligieron un lugar de compromiso para erigir su capital. Sobre plano, a orillas del río Potomac, parecía un espejo perfecto de las aspiraciones de la joven nación.
Pero los arquitectos y urbanistas que idearon Washington City pronto se enfrentaron con la dura realidad. Las periódicas inundaciones que dejaban las amplias avenidas enfangadas, y los intereses menos idealistas de constructores y políticos hicieron que la capital americana, aún a finales del siglo XIX, fuera todavía un proyecto urbanístico inconcluso donde una población de mayoría masculina buscaba distraerse del tedio capitalino en los numerosos burdeles.
Montserrat Huguet, de la Universidad Carlos III, nos cuenta por qué los diplomáticos europeos preferían evitar ese destino y otros detalles relevantes sobre los orígenes de la capital del imperio americano.
Salud,
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