Buenos días,

Hace unos días falleció el niño británico Archie Battersbee, tras haberle sido retirado el soporte vital. Esa decisión enfrentó judicialmente a sus padres, que eran reacios a tomar esa decisión, con los médicos del hospital en el que estaba ingresado, que alegaban que era el único fin posible.

A la hora de definir el estado en el que Archie Battersbee se encontraba antes de fallecer, los medios mezclaron muchas veces los conceptos “muerte cerebral”, “coma” y “estado vegetativo”. Puede que hasta la familia del niño haya recibido informaciones parecidas. Sin embargo, no son lo mismo.

El pequeño se encontraba en un estado de muerte cerebral y, como explica José María Domínguez Roldán, de la Universidad de Sevilla, “en muerte cerebral no solamente existe una pérdida irreversible de la conciencia, sino de todas las funciones encefálicas”. Al contrario que las circunstancias que reflejan los otros dos términos, Archie se encontraba en una situación irrevocable.

Tal vez si los términos no se hubiesen utilizado indistintamente y si los padres del niño hubiesen sido informados correctamente de las implicaciones que tenía el estado de su hijo, la decisión de su final no hubiese llegado a los tribunales.

Salud,