Buenos días:
El día 9 de mayo finaliza el segundo estado de alarma en España.
La incidencia de la covid-19 ha bajado y se ha estabilizado, a la par que la vacunación se acelera. Más de una de cada 4 personas “vacunables” ya han recibido al menos una dosis. A lo que se suma que los casos de covid grave en personas mayores son ínfimos y la saturación de hospitales parece improbable.
Todos los datos dan alas para la esperanza. El optimismo está más que justificado.
Sin embargo, eso no significa que podamos bajar la guardia. Entre otras cosas por el retardo del efecto protector de las vacunas, que necesitan 6 semanas desde el “pinchazo” (y una segunda dosis en la mayoría de los casos) para alcanzar la protección óptima.
Como advierte hoy Salvador Peiró, investigador en el área de investigación en servicios de salud y farmacoepidemiología de FISABIO, en las próximas 10-12 semanas habrá que mantener el equilibrio ente dos impulsos. De un lado, la percepción social de que la situación mejora y la necesidad económica de una vuelta a la normalidad. De otro, el control de la transmisión en los grupos de jóvenes y adultos jóvenes, que ahora son los más expuestos.
En este contexto, intensificar las medidas sobre ventilación en interiores, unido a un buen testado-rastreo-aislamiento, nos ayudará a ganar vidas a la vez que nos volvemos a ganar la vida.
“Nadie quiere volver a las mismas medidas que nos han ido tan bien en los últimos meses, pero tampoco podemos confiar en la suerte para ganar la carrera entre vacunación y repunte”, reflexiona Peiró.
Salud,
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