Paz y Conflicto
El anuncio de la venida de Jesús: “Gloria a Dios en las Alturas, y en la tierra paz, Buena voluntad para con los hombres.” (Lucas 2:14) Jesús vino a traer paz y a restaurarla.
Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. (Efesios 2:14)
Jesús vino a restaurar el Shalom. Vemos un perfecto ejemplo de este Shalom en la relación entre la Trinidad. La relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es una de perfecta armonía, de plenitud, de gozo. La Trinidad existe en perfecto amor. Cuando Dios creó el mundo, fue para expresar este amor y con la intención de que toda la creación participe de este amor y en este Shalom.
Shalom: la vida en toda su plenitud, libre de pobreza, injusticia y conflicto; este es el objetivo de la transformación. Este es el objetivo de nuestra misión compartida a la que Dios nos ha llamado.
Convirtiéndose en una persona de paz, de Shalom
Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. (Colosenses 3:12-15)
Somos llamados a ser personas de Shalom. Jesús es el que trae la paz y su reino es uno de Shalom - Él gobierna con paz. Somos llamados a manifestar esta paz. El Shalom de Dios debe fluir a través de nosotros.
¿Cómo hacemos esto en un mundo que está escalando tan obviamente en la violencia?
Al leer las Escrituras vemos que somos llamados a ser transformados mediante la renovación de nuestras mentes y tenemos que tomar cautivo todo pensamiento. Esto apunta a la necesidad de que examinemos nuestros corazones y mentes y adoptemos medidas contra todo pensamiento e imaginación que tenga violencia, venganza, odio o prejuicio en ellos. De hecho, se nos dice que ni siquiera deberíamos llamar a alguien tonto y en cambio tenemos que activamente vestirnos con amor, cada día y momento a momento. Cada pensamiento hostil se convierte en un bloque y nos detiene de ser un canal para el amor y la paz de Dios.
Tenemos que dejar que la paz de Dios reine en nuestros corazones para que a su vez podamos ser portadores de paz.
¿Cómo es esto posible?
Mirar las noticias nos muestra la realidad de la rebelión y el odio y tenemos que reaccionar fuertemente contra esta llevando todo a Cristo, para que la paz de Dios llene nuestros corazones y mentes.
¿Qué clase de paz es posible en nuestro mundo?
Por supuesto, nos gustaría que dejen de matarse unos a otros. Pero la Biblia quiere llevar al mundo mucho más allá del cese de matar. La gente no puede solucionar el problema de la violencia y el conflicto, porque somos parte del problema.
La rebeldía ha fragmentado y quebrado el Shalom. Shalom entre nosotros y Dios, entre nosotros y otras personas, entre nosotros y la creación; incluso la paz dentro de nosotros mismos ha sido fragmentada.
Sabemos que la violencia genera violencia. El conflicto se extiende como un virus como estamos viendo ahora mismo en nuestras noticias. No sólo se extiende - se intensifica y la venganza multiplica la violencia (Ver Génesis 3-6). Comienza con pensamientos puesto que los pensamientos se convierten en acciones. Usted puede decir que no ha actuado con violencia, pero incluso nuestros pensamientos alimentan el fuego en el reino espiritual.
Habéis oído que se dijo: “Amaras a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.” Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos" (Lea Mateo 5:44-48)
Recibimos la capacidad de amar como Dios cuando estamos en Cristo y cuando llevamos cada pensamiento cautivo y nos revestimos de amor - nosotros luego reflejamos a Cristo - el que trae la paz. ¡Esta es la marca distintiva de que somos hijos de Dios!
La Cruz
El reflejo radical de este amor es Jesús en la Cruz. Al recordar su amor en esta Pascua, necesitamos pedirle a Dios que nos ayude a ser portadores de paz, a amar incondicionalmente y a reflejar el Shalom.
1) Haga un compromiso hoy de ser una persona de paz
2) Pídale a Dios que nos quite el miedo y que lo reemplace con su Shalom para que podamos amar
3) No podemos amar como Jesús sin conocer la verdad de lo mucho que Dios nos ama - tenemos que pasar tiempo con Dios para ser llenos con su verdad y amor y paz.
4) Prepárese para llevar cautivo todo pensamiento y someterlo a Jesús, para que Su Shalom lo reemplace. Deje que el Espíritu Santo llene su mente con la verdad.
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2 Cor 3:18)
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