Buenos días:

Que la dieta obesogénica -rica en calorías, grasas saturadas y azúcares- contribuye a que enfermemos parece incuestionable. Lo que no está tan claro es que la forma de remediarlo sea aplicar el etiquetado de alimentos Nutri-Score.

En teoría, con su gradación de colores y letras, este sistema de etiquetado nutricional pretende que los consumidores identifiquen de un vistazo los alimentos de mayor calidad nutricional. Pero, como analiza hoy el catedrático Francisco Pérez Jiménez, de la Universidad de Córdoba, la realidad es que no hay ensayos científicos que muestren las posibles repercusiones de su uso.

Podría incluso suceder que, al confiar en que esas etiquetas nos dan licencia para consumir ciertos alimentos saludables sin peligro, Nutri-Score acabe potenciando la obesidad en lugar de reducirla.

Lo cierto es que a este bienintencionado sistema de clasificación nutricional de productos no dejan de encontrarle puntos débiles. Entre ellos, que ignora la presencia de nutrientes beneficiosos, como vitaminas, minerales o ácidos grasos esenciales, como critican Carla Marano Marcolini y sus colegas de la Universidad de Jaén en otro artículo.

Seguirlo a rajatabla contradice los principios de la dieta mediterránea, que sí ha demostrado ser saludable. Y como tampoco penaliza los ultraprocesados, potencia la producción poco sostenible de alimentos.

Salud,