Buenos días:
120 brotes activos y cinco veces más casos que hace un mes. La pandemia de COVID-19 está lejos de su final, también en España.
Uno de los principales brotes es el de Lleida, que está protagonizando un lío político judicial con la presidencia de la Generalitat como protagonista, empeñada en seguir adelante con el confinamiento obligatorio a pesar de los pronunciamientos judiciales en contra.
Ese embrollo lo desmadeja la profesora de Derecho Constitucional y Derechos Fundamentales de la Universidad de Barcelona Mar Aguilera Vaqués.
Otro frente es el de la implantación de la obligatoriedad de las mascarillas —ya efectiva en diez Comunidades Autónomas— frente a la extensión de los rebrotes, aunque lo realmente eficaz, según los que saben, sea el seguimiento detallado de los nuevos casos y la implantación de sistemas de rastreo, sean humanos o sean aplicaciones informáticas.
La aplicación desarrollada por Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial —RADAR Covid— está siendo probada con un falso brote en la Gomera. Sobre ella, y sus implicaciones en relación con la privacidad, escribe Juan José Nombela, director del área de Ciencias de la Computación y Tecnología de la UNIR - Universidad Internacional de La Rioja.
Mientras se despejan las características del nuevo mundo laboral que tenemos ante nosotros, la vida sigue funcionando con los viejos criterios, al menos en lo relativo al teletrabajo. Pere Vidal López, profesor colaborador de la UOC - Universitat Oberta de Catalunya, resume la normativa vigente relativa al teletrabajo, a la espera de una ley que agrupe y fije los criterios con los que probablemente muchos trabajemos en el futuro. Desde casa.
Salud,
|