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Buenos días:
¿De qué mueren los osos pardos de la cordillera Cantábrica?
Los investigadores de la Universidad de León Ana Balseiro, Elena Gayo, Juan Francisco García y Luis José Royo contestan a esta pregunta en un estudio que describe las causas de muerte y otros hallazgos relevantes de las necropsias de más de una veintena osos en Asturias y Castilla y León.
Según las estimaciones más recientes, quedan unos 300 ejemplares de esta emblemática especie en la cordillera Cantábrica. Aunque la cifra ha aumentado durante los últimos 20 años, todavía está muy por debajo de la deseable.
Determinar las causas de muerte en poblaciones naturales silvestres es fundamental no solo para identificar posibles riesgos y barreras a su protección, sino también para diseñar correctamente los programas de gestión.
Los autores advierten que “los esfuerzos de conservación que se están llevando a cabo en la actualidad pueden no ser suficientes si las medidas sanitarias y de vigilancia epidemiológica no se equiparan en importancia y exigencia al resto de medidas de gestión”.
Salud,
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Oso pardo cantábrico hembra.
Imagen cortesía de la Fundación Oso de Asturias
Ana Balseiro, Universidad de León; Elena Gayo Roces, Universidad de León; Juan Francisco García Marín, Universidad de León; Luis José Royo Martín, Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA)
Necropsias realizadas en osos pardos durante los últimos 20 años revelan que su fallecimiento está relacionado, principalmente, con el hombre e infecciones como la hepatitis infecciosa canina.
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Abejas urbanas en una colmena.
Asociación Danesa de Apicultores
Carlos Edo, Universidad de Alcalá; Francisca Fernández Piñas, Universidad Autónoma de Madrid; Roberto Rosal, Universidad de Alcalá
En un estudio pionero, los autores han detectado la presencia de microplásticos y otros materiales adheridos al cuerpo de las abejas. Estos insectos actúan como biomarcadores de contaminación.
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Los empleados de UPS distribuyen las primeras dosis de la vacuna de Pfizer en el centro de UPS en Louisville, Kentucky, el 13 de diciembre de 2020.
Michael Clevenger/Getty Images
William Petri, University of Virginia
Es una pregunta que, como inmunólogo, escucho con frecuencia. La evidencia disponible invita a la tranquilidad.
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Un enfermero vestido con el Equipo de Protección Individual (EPI) atendiendo a un paciente afecto de COVID-19.
Rafael-Jesús Fernández Castillo
Rafael Jesús Fernández Castillo, Universidad de Sevilla
Dos cosas hemos sacado en claro tras 365 días de pandemia. Que sin salud no se puede disfrutar de nada; y que sin enfermeras, los sistemas sanitarios pierden lo más importante: la humanidad de los cuidados.
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Shutterstock / Robert Kneschke
Enric Soler Labajos, UOC - Universitat Oberta de Catalunya
La Covid-19 lleva asociada otra pandemia que afecta al personal sanitario: la fatiga por compasión. Por suerte, hay maneras de prevenirla y de tratarla.
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Shutterstock / Auldist
Andrés Luis Martínez Marín, Universidad de Córdoba
La grasa láctea tiene algunos ácidos grasos beneficiosos para la salud. Es posible aumentar su proporción, y reducir la de otros menos deseables, modificando la alimentación de vacas, ovejas y cabras.
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Una persona mayor de espaldas ante una taza mira por la ventana.
Juan Ignacio Pérez Iglesias, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Estas enfermedades cuentan con una docena de factores de riesgo que conviene evitar en distintas etapas de la vida para reducir los riesgos.
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Shutterstock / Indian Stock images
Gemma Mestre-Bach, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja ; Carlos Chiclana Actis, Universidad CEU San Pablo
El consumo de pornografía entre adolescentes puede fomentar conductas sexuales de riesgo. Afecta a su percepción sobre el sexo y los roles de género y puede estar asociado con aspectos como permisividad sexual, agresividad, violencia, coerción sexual y victimización.
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Plantin muestra un ejemplar de la Biblia Regia a Arias Montano (Jos Bellemans)
Museum Plantin-Moretus
Pablo Toribio, Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS - CSIC)
No fue solo la lengua de los romanos. En latín se escribió más que en ninguna otra lengua europea durante toda la Edad Media y la primera Edad Moderna. Siguen apareciendo textos desconocidos.
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