Buenos días:

El pasado 15 de abril, el Congreso de los Diputados de España aprobó con vítores la Ley Orgánica de la protección de la infancia y la adolescencia. Se trata de una ley para celebrar, que coloca a España a la cabeza de la defensa de los derechos de los menores, según explica Juan Nàcher, investigador de la Universitatde València. Un paso adelante vital que evitará el maltrato en unas etapas vitales en la que su impacto sobre el cerebro es determinante. No hay que olvidar que en la infancia muchas de nuestras neuronas están acabando de generar y refinar sus conexiones.

Otro hecho reprobable es cuánto hemos descuidado últimamente la alimentación infantil. Dice Idoia Labayen, profesora de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra, que la obesidad infantil es de todas todas la peor epidemia del siglo XXI. Tanto que hará que la esperanza de vida de la próxima generación sea, por primera vez en la historia, menor que la nuestra. Se debe a que la obesidad multiplica con creces la posibilidad de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares y problemas hepáticos. Y más si empieza precozmente.

A esta situación ha contribuido bastante el sedentarismo de los menores, que últimamente se ha acentuado con la pandemia de covid-19. Paralelamente, el confinamiento ha obligado a niños y niños a rompe las relaciones sociales con iguales y con la familia, dos de los ámbitos clave para el desarrollo infantil. Y claro, tantos déficits les han pasado factura a todos niveles, como apunta Nines Ballesteros-Duperón, de la Universidad de Granada.

Al menos nos queda el consuelo, según el catedrático de Pediatría de la Universidad de Oviedo Fernando Santos, de que los niño han padecido menos enfermedades infecciosas en el último año de pandemia. Además de que han enfermado de la covid-19 menos frecuentemente y con formas menos graves que los adultos.

Salud,