Buenos días:

Que un enfermo sea hombre o mujer influye en su diagnóstico. Existe un sesgo de género entre los profesionales sanitarios que hace que interpreten los síntomas de manera diferente y que no hagan el mismo esfuerzo terapéutico cuando tratan con pacientes masculinos y femeninos.

Por ejemplo, a las mujeres se les atribuye la depresión en exceso, pero reciben un tratamiento insuficiente cuando tienen problemas de corazón en comparación con los hombres.

Estas desigualdades de género provocan graves desigualdades en salud que nos afectan a todos, advierten las investigadoras Blanca Obón-Azuara e Isabel Gutiérrez (ambas del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza) y los profesores Ángel Gasch (Universidad de Zaragoza) y Elisa Chilet (Universidad Miguel Hernández) en el artículo que abre este resumen de la semana que termina.

El origen de esta disparidad, dicen los autores, radica en el diseño de las investigaciones clínicas, que muchas veces excluyen a las mujeres. A esto se suman las diferencias que existen en la percepción de la enfermedad por parte de los pacientes: mientras que los hombres son más proclives a hacerse pruebas sin tener síntomas, ellas tienden a evitarlas por temor a los resultados.

La salud de hombres y mujeres es diferente debido a factores biológicos y psicosociales. Obviarlo desde la investigación influye de una manera injusta en la salud de las personas.

Salud,