Buenos días:

En la mayoría de países del mundo, la población está envejeciendo a medida que la esperanza de vida aumenta y las tasas de natalidad disminuyen. Según Naciones Unidas, esta tendencia está a punto de convertirse en una de las transformaciones más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad.

La situación supone un desafío, pero también “abre la oportunidad de aprovechar la experiencia y el conocimiento acumulados por los más veteranos”, aseguran los investigadores de la Universidad San Jorge José Manuel Burgos Bragado y Paula Cordova Alegre en el artículo que da comienzo a este resumen semanal.

Los adultos mayores aún pueden aportar mucho, por eso se habla de “envejecimiento productivo”, un concepto que implica, entre otras cosas, la adopción de estilos de vida saludables y la participación activa en la sociedad, que también sale beneficiada.

La permanencia de los trabajadores sénior en las empresas es especialmente positiva, aunque para ello deben dejarse a un lado los prejuicios. Líderes y mentores por excelencia, pueden beneficiarse de programas de capacitación y formación para mantenerse actualizados o incluso lanzar su propio negocio.

La presencia de diferentes generaciones en el lugar de trabajo supone “una mezcla de perspectivas, experiencias y habilidades que enriquece la toma de decisiones y fomenta la innovación”, indican los autores, que hacen un repaso por las principales estrategias para impulsar el envejecimiento productivo.

Como señalan en su artículo, “promover una cultura de inclusión y diversidad generacional en el ámbito laboral es fundamental para construir una sociedad más equitativa y resiliente”.

Salud,