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Aunque los seres humanos siempre se han organizado en grupos de individuos, el concepto de familia ha ido cambiando a lo largo de los siglos. En las sociedades prehistóricas, por ejemplo, parece que estos clanes eran matriarcales. En la Edad Media, se basaban en la tradición y la biología.

Conocemos esta información gracias a los registros históricos y ciencias como la antropología, la arqueología y la genética. Aspectos como la dieta o los patrones de movilidad de las poblaciones arrojan pistas sobre la dinámica de las familias en el pasado.

En la Edad Media, los parentescos “podían estructurar los matrimonios, determinar herederos e incluso afectar dónde o con quién se enterraba un individuo”, señala la investigadora de la Universidad Complutense de Madrid Cláudia F. Lopes Gomes.

La autora nos desvela en el artículo que da inicio a este resumen semanal las peculiaridades de las familias medievales y la relevancia de los análisis genéticos para determinar si existían vínculos biológicos entre personas enterradas juntas.

Ya en la Edad Media el concepto de familia no encajaba en una única definición y los parentescos sociales también tenían un peso considerable en su estructura.

Salud,